Hace unas semanas, me uní al Puerto Rico Toastmasters Club con el deseo de aprender y mejorar mis presentaciones presenciales. Desde niña, no me gusta hablar frente a grupos, por lo que acepté el reto y les confieso que me encanta. Lo más difícil, como casi todo en la vida, ha sido comenzar.
Mi primera presentación se llama "rompiendo el hielo" y cuento con 4-6 minutos para presentarme. De una forma respetuosa, ellos evalúan las muletillas, el tiempo, los manerismos, los anglicismos, la pronunciación (los boricuas tenemos varios problemas con la r y la l).
Comparto contigo, que me lees y quieres conocer un poco más de mí, que para mí es un honor.
Esta noche, les presentaré un extracto de mi vida…
Vivo orgullosa de haberme criado en la Tierra de Gigantes, Carolina. Mis padres Don Pepe y Doña Carmiña, como cariñosamente les llamamos, nos criaron a mis 5 hermanos y a mí muy unidos, jugando juegos de mesa y disfrutando de la música popular. Al ser la quinta hija, mami me parió en una salita al lado del ascensor, un lunes a las de la mañana. Papi le dijo al doctor que no debía cobrarle, porque ni siquiera llegó a la sala de partos.
El día que me “perdió”, mi tía Kaky me compuso una canción. Tenía apenas semanas de nacida, cuando comencé a voltearme y rodé hasta caer en el saco de pañales, (gracias a Dios, estaban limpios). Nadie me encontraba, hasta que por fin mi tía me descubrió entre los pañales. Ella me cantaba muy dulcemente que yo quería descubrir el mundo, que tenía mucha prisa y tenía que esperar a gatear y caminar. ¡Qué sabia era!
A los 5 años, Papi, que en paz descanse, barbero de vocación, me permitía cantar en su barbería para ganarme unas monedas. Mientras él recortaba con su toque mágico, mi hermano Pablo y yo cantábamos canciones de, quien aún soy fanática, Raphael Martos: Yo soy aquel, Cierro mis Ojos y Mi Gran Noche. Estos eran los éxitos de la temporada. Hoy día, si les cantase, les aseguro que pagarían porque dejase de cantar, :).
De pequeña, participé en diferentes actividades: poesías coreadas, grupos de bailes, orgullosa batutera del Country Club. Mami solía preguntarme: “¿por qué siempre tienes algo en remojo, nunca te cansas?”. Siempre, me las ingeniaba para continuar participando de todo lo que me rodeaba.
Tuve el privilegio de estudiar en la Escuela Libre de Música de Hato Rey, desde la escuela intermedia hasta mi graduación de cuarto año de escuela superior. Participé en las obras teatrales junto con: Giselle Blondet, Marisol Calero y Josean Ortiz. Aprendí solfeo, lectura de música en diferentes claves y, cada año cambiaba de instrumento, guitarra, piano y clarinete. Hasta que por fin acerté… ¡lo mío era jugar volibol, baloncesto y coordinar la rumba! Practiqué el clarinete sólo hasta el décimo grado.
Haber estudiado en una escuela que integró la música y lo académico, me brindó la oportunidad de apreciar, disfrutar y compartir el sacrificio constante para lograr los sueños. También, aprendí a comprometerme con el grupo para juntos alcanzar las metas. Más allá de coordinar el rumbón y la fiesta, aprendí a respetar, compartir e insistir en que la persistencia es la clave para lograr el éxito.
Por otra parte, me siento privilegiada de haber disfrutado del talento de varios compañeros, que en la actualidad son virtuosos en la Orquesta Sinfónica y en la Orquesta Filarmónica; en especial, de una soprano tan distinguida como Zulma La Torres, que ha representado a Puerto Rico en diferentes festivales de la Voz. Así como de conocidos en la música popular: Humberto Ramírez, Oskar Cartaya y Eguie Castrillo, entre otros. Una gran riqueza cultural.
La disciplina de aprender y dominar un instrumento o varios, al igual que trabajar en equipo como requieren los deportes del voleibol y el baloncesto, me ha permitido ejercer mi trabajo actual como Asistente Virtual y coordinadora en Montes Design.net con firmeza, seguridad y confianza de que lograré todo lo que me proponga.
Hoy es mi gran noche, porque estoy aquí con mis ahora compañeros Toasmasters para alcanzar nuevas metas. Estar preparada para hablar frente a una audiencia y conversar sobre los valores, el compromiso y la perseverancia para lograr los sueños ha sido retador. Si a mis 47 años, me he reinventado, no hay límites para alcanzar las metas. Cada uno a su paso, a su estilo y con sus circunstancias. Comparto con ustedes la entrevista que publicó el periódico El Nuevo Día, número uno en Puerto Rico, el pasado 28 de septiembre en la sección Puerto Rico se re-inventa, página 29.
¡Ojalá que para ti también sea una gran noche… disfrútala!
Si deseas copia de la entrevista, me envías un e-mail a tere@tuasistenteonline.com y con mucho gusto te envío un pdf.
Me despido con una sonrisa
@teremontes
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