Comparto la historia de mi traje ROJO...
Mami
me llevó a comprar el vestido que necesitaba para participar de un
baile. Los que ya me conocen saben que me gustaba participar desde
pequeña en todo evento posible, je je je. El traje debía ser color
rosado claro, casi blanco, sin mangas, corte redondo el cuello y corto
para un baile con mis amiguitas y compañeritas de la escuela Pedro Moczó
Baniet de Carolina.
Caminamos por muchas tiendas en San Juan, Santurce y Río Piedras, que eran los sitios fashion
de la época sin tener suerte. Mami ve un traje rojo y me dice: “éste
es y punto”. Me dijo: “no te preocupes, Teresita, que yo hablo con la
maestra”. Tenía mis sospechas que la maestra quedara tranquila con el
color, pero confié en súper mami.
Llegó
el día del baile, mis amigas todas con sus trajes de colores pasteles y
blancos y yo ¡en rojo! Me sentía diferente, pequeñita, pero subí al
escenario y bailé mi rutina. Al terminar la presentación salí corriendo
al lado de mami toda nerviosa e insegura y le pregunté como lo hice y
ella con su linda sonrisa, me susurró al oído... “Teresita, tú fuiste la
que sobresaliste de todas, brillabas con tu traje rojo porque las otras
niñas se veían iguales, opacas, quédate tranquilita aquí conmigo”.
Mami
es súper especial, siempre buscó la manera de complacerme y apoyarme en
mis inventos y asuntos. Les cuento esto porque soy bendecida con mis
padres y estoy orgullosa de ellos. Y a las madres y padres que me leen
les invito a que reflexionen y apoyen a sus hijos. ¡Cada uno de ellos
tiene la oportunidad de brillar como la he tenido yo!
(Foto: Mi hermanito y TeamWork Pablo, siempre junto a mi)...